Simplemente abjuro
de tus tardes muertas
mirando el tiempo pasar
entre los cadáveres
Simplemente niego
la mirada y el oxígeno
al vacío rimbombante
que habita tu abrazo
Me quedaré acá
defendiendo lo perdido
entre tontos y nobles
valiendo la pena
Allá el lujo hipócrita
las amantes de gimnasio
el detalle en el plato
y el corazón vacío
Venga la muerte gigante
el amor consumido
la comida de a dos
y el cálculo perdido
Tu vida es conducida
por un carrito de supermercado
Yo pertenezco a los que pasan
como tormenta
viernes, 28 de agosto de 2009
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