miércoles, 14 de octubre de 2009

Abordar

Escuché crujir tu corazón con la noticia
enterraste tus ojos en el suelo como si fueran
dos vidrios helados encaramados en la queja

Toda tú te volviste un gemido de tierra
de la pena honda, honda que nos detiene el alma
apenas una lucecita en la tormenta quedaste

Niña pequeña, hilo fino prendido de la angustia
canción de la madre que no llega
atalaya de juguetes dispersos

Niña pequeña, nada puedo decirte
deja que te abracen mis rezos
espera que la arena triture el tiempo

Quédate aquí, muy aquí
con tu sonrisa de milagro
y guarda esta pena con las otras

Ya la hilará la vida

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