En Santiago Llueve
los acomodados de la ciudad se preguntan
por sus vacaciones
los pobres maldicen al cielo
en casas enfermas
los nobles de espíritu
los humildes de espíritu
observan el agua caer
desde casas de adobe en la neblina de la lluvia
los autos pasan a través de ellas
los peatones los atraviesan con sus miradas tristes
la inquisición de los siglos enciende hogueras para ellos
observan el agua caer
y saben que no es tiempo de salir
sino de reunirse junto al fuego
a escuchar el agua
mientras la tierra descansa
En Santiago llueve
y nadie de los vivos
sabe lo que eso significa
porque en las ciudades sin espíritu
ni la tierra ni los hombres descansan
viernes, 19 de junio de 2009
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