lunes, 6 de octubre de 2008

Despertar latiendo

Nunca nos tuvimos tan cerca
como aquella noche
en que lágrimas de sueño y ceniza
nos cambiamos por recuerdos de estaño

Nunca nos tuvimos tan cerca
como aquella mañana
en que te hiciste canción y momento
y envolviste mi muerte en sonrisas

Una vez nos miramos demasiado fijo
y nos convertimos en piedra de otros

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