Con nisiquiera
con el odio marcando una linea
con ganas de hacer daño
con la frente manchada y la boca herida
asi nos escondimos los atardeceres
nos herimos los dedos
nos quemamos las palmas
nos atravesamos el alma
nos rompimos la sangre
con giros radicales
con escupos de fuego
con miradas aprendidas
con presencias desviadas
nos cortamos el aire por la mitad
nos rasgamos los abrazos
nos azotamos la fe
nos repartimos los murmullos
y al fin
nos hablamos al oido
con dulces palabras fingidas
para esconder
las verdaderas dulces palabras
sábado, 22 de marzo de 2008
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1 comentario:
otra prueba de que no hay corazón de piedra.
Cariños Pablo!
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