Avanzar como fantasma por tu casa
saludar, girar, sonreír
sin encontrarte en el alero de tu puerta
sin levantar una sonrisa de tus labios
incrustados en la lápida triste del cariño
con sus ojos falsos llenos de amor
mirando el infinito sin ganas
que en este sillón casi nos besamos
en este balcón lloraste a mi abrigo
y por aquí el tiempo se perdió entre los naranjos
que nos vendimos los regalos
y que, entre otras cosas,
estarás allí para siempre
que tu boleto era de ida
y de vuelta
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